¿Crisis terminal del capitalismo?

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Pastranec
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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pablo80 escribió: Usted dijo antes "ventajas competitivas", no "ventajas comparativas", luego de aglomeración y escala no dije nada, usted ha hecho magia Pastranec, me ha cambiado los términos de un post a otro y encima ha caído en la falacia del espantapájaros nuevamente.
Por favor, no se siga poniendo en evidencia. Son cosas diferentes, términos económicos precisos usados conscientemente en contextos apropiados.

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pablo80
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Claro que son términos diferentes, cuando le señalé el primero (ventajas competitivas), usted mismo los mezcló respondiendo que yo ignoraba el segundo (ventajas comparativas), deje de hacer magia Pastranec, con semejantes sofismas se puede demostrar la "ignorancia" de cualquiera. Le tenía por una persona mas seria.
No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que determina su conciencia. (Karl Marx)

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Pastranec
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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pablo80 escribió:Claro que son términos diferentes, cuando le señalé el primero (ventajas competitivas), usted mismo los mezcló respondiendo que yo ignoraba el segundo (ventajas comparativas), deje de hacer magia Pastranec, con semejantes sofismas se puede demostrar la "ignorancia" de cualquiera. Le tenía por una persona mas seria.
¿Los mezclé? Como no sabe de qué estoy hablando, ni conoce qué son esos términos, usted cree que se mezclan cuando se diferencian y se especifican. No es mi problema si su falta de formación le impide comprender lo que se le dice.
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pablo80
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Pastranec escribió:
pablo80 escribió:Claro que son términos diferentes, cuando le señalé el primero (ventajas competitivas), usted mismo los mezcló respondiendo que yo ignoraba el segundo (ventajas comparativas), deje de hacer magia Pastranec, con semejantes sofismas se puede demostrar la "ignorancia" de cualquiera. Le tenía por una persona mas seria.
¿Los mezclé? Como no sabe de qué estoy hablando, ni conoce qué son esos términos, usted cree que se mezclan cuando se diferencian y se especifican. No es mi problema si su falta de formación le impide comprender lo que se le dice.
Su ignorancia reside en que yo estaba hablando de la reparación de calefones y usted no se enteraba. ¿Qué no sabe qué es un calefón? pues entonces es usted doblemente ignorante. ¿Ha visto como yo también se hacer magia?
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Pastranec
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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pablo80 escribió:
Pastranec escribió:
pablo80 escribió:Claro que son términos diferentes, cuando le señalé el primero (ventajas competitivas), usted mismo los mezcló respondiendo que yo ignoraba el segundo (ventajas comparativas), deje de hacer magia Pastranec, con semejantes sofismas se puede demostrar la "ignorancia" de cualquiera. Le tenía por una persona mas seria.
¿Los mezclé? Como no sabe de qué estoy hablando, ni conoce qué son esos términos, usted cree que se mezclan cuando se diferencian y se especifican. No es mi problema si su falta de formación le impide comprender lo que se le dice.
Su ignorancia reside en que yo estaba hablando de la reparación de calefones y usted no se enteraba. ¿Qué no sabe qué es un calefón? pues entonces es usted doblemente ignorante. ¿Ha visto como yo también se hacer magia?
Sólo que yo no hago magia, porque yo no me invento palabras ni conceptos, lo que pasa es que usted los desconoce, que no es lo mismo, y pretende entrar en una discusión desde la ignorancia, ¡y encima sentando cátedra! :sad4:
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eduardo dd
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Pastranec escribió:
eduardo dd escribió:Si, pero el marxismo es tan amplio y ajeno a Karl Marx que e intentado simplificar, quizás demasiado.

Voy a retomar "el capital" este verano, no se por que lo deje a medias hace unos años.
Por que es un tocho de cuidado; y además hay que saber mucha economía para entenderlo. Yo no conozco a nadie que (sin haber tenido obligación) se lo haya leído de verdad.
Me limite a una lectura filosófica, obviando formulas y demás.

eduardo dd
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

Mensaje sin leer por eduardo dd »

Vivimos el colapso del capitalismo, no una crisis económica

Sin embargo, las decisiones que se han tomado sólo persiguen apuntalar sus ruinas

El rechazo a enfrentar el colapso del capitalismo desde un punto de vista científico conlleva la búsqueda de soluciones que no encaran el fondo del problema. El poder no renuncia a la globalización, hija de la modernidad finalizada y cuyo modelo se ha incinerado a lo largo del siglo XX. El intento de demorar los efectos catastróficos de este proceso a través de un discurso único, que sólo pretende la continuidad en el poder, nos lleva a la implantación de un totalismo como sistema de gobierno. Por Oscar Scopa. http://www.tendencias21.net/Vivimos-el- ... 12280.html
Durante estos últimos 35 años fatídicos, la frase preferida de censura de políticos, sociólogos, economistas, ha sido "traiga soluciones, no problemas". Lo que se desprende de esta censura de festejantes suicidas es el desprecio por cualquier tipo de planteamiento científico (ya sea éste moderno o precartesiano).

Sin embargo, si no hubiera habido seres humanos que plantearan problemas, no habría habido soluciones y tampoco habría habido ciencia. Tanto la una como las otras se logran soportando que el problema no coincida en el tiempo y el espacio con la solución. Es un algo que pide el objeto.

Como consecuencia, y sabiendo que la solución puede no hallarse jamás y de allí desprenderse una condena académica o sistémica, las "soluciones" que se han dado en realidad no son más que coincidencias forzadas, con el fin de aprobar anquilosadamente la proyección del poder en movimiento continuo.

La solución es recrear el territorio. "Pero eso está prohibido". Sólo en el territorio se pueden crear superficies que, en el mismo problema que plantean, manifiestan la solución. El problema –y, por lo tanto, la solución al colapso– es, pues, superficial. Ése es el riesgo al que nos enfrentamos, el verdadero riesgo: plantear problemas al poder desde la ciencia (episteme). Lo demás es la «actitud» que pide el poder en cir-culación continua para ser plenamente aceptado en sus filas. Primera condición: no renunciar a la globalización; es lo que exige el total (1).

El triunfo de la tesis de la sociedad de consumo

La estructura que la modernidad otorgó al vínculo entre mercancía, población, moneda y trabajo solemos llamarla capitalismo (de Estado, de mercado, mixto).

Como los otros elementos que compusieron el paradigma moderno (pedagogía, grandes ciudades, ideología, libertad, crítica, democracias ilustradas, burguesía, moda, cul-tura, estética…), el capitalismo padece la desintegración que el paradigma avisó como fatiga y agravio al final de la Segunda Guerra Mundial: la bomba atómica (devastación de Newton , los campos de concentración nacionalsocialistas o desmantelamiento de Descartes).

En ese momento, triunfa la tesis económica de la sociedad adquisitiva o de consumo, lanzada en los años veinte del siglo pasado, suficientemente criticada por autores de diferentes procedencias científicas y sin respuesta válida alguna del sistema. Sólo retórica lexicocrática.

Desde el final de esa guerra, la modernidad finalizada ha asistido a los diferentes colapsos que acabaron o redujeron a cenizas los distintos rostros del modelo moderno: la Razón. Sobre esos colapsos también se ha escrito suficientemente a lo largo de estos últimos 60 años, por ser restrictivos, sin encontrar el eco suficiente, si es que se produjo el mismo, en los vínculos sociales que se desencadenaron a lo largo de los últimos 35 años.

El capitalismo padece una doble vertiente de colapso. En un lugar (ubi), el co-lapso de lo económico, en su relación con la economía. En otro lugar (situ), el colapso entre la economía y las ciencias a las que hicieron auxiliares matrimoniales. Esa doblez no logra ser entendida como pliegue catastrófico.

Como la teología hizo arcilla de las demás ciencias, con el fin de eternizarse acríticamente como sistema modélico de la planetarización de sus discordias acumuladoras, el capitalismo aún no se ha enfrentado con un Concilio de Trento impuesto por un decidido Carlos V .


No es una crisis más

¿Por qué no es una crisis lo que estamos padeciendo? En primer lugar, porque, como ya dijimos, si es una crisis, podemos esperar lo peor: el traslado del colapso a costa de los pueblos y las generaciones que encontrarán nuestra sucesión.

Sobre todo, no es una crisis porque ésta implica toma de decisiones para confirmar una continuidad a la que se le otorga una capacidad de pervivencia. La negación del inminente derrumbe, a pesar del apuntalamiento, no es la solución.

"No sabemos lo que puede pasar después de esta crisis a nivel social", comenta un economista serio. No saben, justamente, porque no hay crisis. En una crisis se toman decisiones distinguidas (de grado) para elegir el destino en referencia a lo que produjo tal o cual crisis de un determinado paradigma.

Alguien podría decir, con criterio, que estamos frente a otra de las crisis estructurales que presenta el capitalismo, desde hace dos siglos. Es cierto. Hay retracción del consumo, de la expansión, de las fuerzas productivas y de los medios de producción. Hay congelación de la masa monetaria y se habla de nuevo modelo económico.

El modelo de competencia está puesto en duda, así como el lugar que ocupa la empresa. Aparece un nuevo desequilibrio ente los países llamados centrales y los que se consideran periferia, y se ha vuelto evidente el deterioro en el comercio. Estas apariciones de la reiteración de la crisis estructural del capitalismo pueden hacernos creer que es una más. Y a esperar.

Sin embargo, desde el propio discurso de los apologetas del capitalismo, aparece un hecho novedoso: la desafectación de los objetos en su relación con la industria. Es como si el capitalismo se hubiese quedado sin motor o, por el contrario, hubiese sido devorado por la misma inercia de su movimiento totalista al tensar las elasticidades canónicas. Esto no significa "el fin de todo". El encubrimiento puede cumplir el efecto de traslado del problema de lo económico en su relación con la economía.

La vía de la crisis, forma de saturación paradigmática totalista

Estoy convencido, y así lo demuestran las inundantes medidas tomadas por los Estados, que se ha elegido la vía de la crisis como forma de saturación paradigmática, totalista, como forma de dar cuenta de que los responsables de la política económica no pueden pensar, pausar, cautivados por el cálculo que denigra el número y, lo que es peor aún, la noción fundante de la tecnología moneda.

Para que haya crisis es necesario que haya críticos distinguidos que tomen decisiones. La distinción, contraria a la vigilancia y el control, se caracteriza por la concesión a las personas distinguidas, fuera de mercado, que llevan la Cosa como único destino y allí se dirigen sin condicionantes a resolver un impasse. Lo que resuelvan los distinguidos será lo que haga que el criterio (crisis-crítica) prevalezca o caiga en los gritos dados a remeros esclavos reclutados en el supermercado.

También estoy convencido de que sacarán la economía hacia delante, tan hacia delante que ni podrán reconocerla como economía sino ya sólo como política de inversores ahogando o echando pequeños salvavidas a las democracias. Hasta que ya no les sirvan. Los plazos de ese salto cualitativo de la violencia del capital no pueden aún ser reconocidos por la generalidad de los humanos.

Los avatares que se introduzcan luego de la inundación (masiva) de capital y contabilidad para "reasegurar a los más poderosos" retocarán y trastocarán ese "crecimiento" que buscan y proclaman los distintos miembros de la feneciente trinidad moderna.

Al colapso interno de la economía con sus referentes auxiliares se añaden, en nuestra época de gestores, el problema energético y el medioambiental (2). Desconozco el sabor de ese cóctel y sus consecuencias sobre los humanos.

Otro discurso lleva a la comprensión del final de era

¿Por qué han decidido la crisis y no el colapso? En primer lugar, por un problema lexicográfico. Los escolásticos, posteriores a Tomás de Aquino –padre no querido de las deformaciones, simplificaciones y sofisticaciones universitarias que los alumnos imprimen al pensamiento de quien asignan como maestro–, fueron presa de los juegos lexicográficos durante varios siglos.

Quien más y mejor léxico dominara (produjera dominio, no discurso) era quien ejercía de jefe universitario. Secuela en lugar de escuela. Esta situación fue arrastrada tanto por la peste que arrasó la Edad Media y su modo de vida como por el Concilio de Trento, mientras los protestantes buscaron y lograron definir el colapso, asumiendo un nuevo rumbo dis-cursivo institucional, que echaba por tierra la globalización católica, y, sobre todo, económico: el capitalismo.

Aún hoy la Iglesia católica paga y hace pagar el no haber aceptado a tiempo el colapso lexicográfico de la lengua latina apropiada por sus teólogos y llevarlo adelante bajo la faceta religiosa de la crisis (de fe; de confianza, se diría hoy).

Siempre me cuestiono cuando en una disciplina, o en una obra de tendencia lexicográfica, sus juegos me producen un rechazo estético (por cierto, un rasgo moderno). O bien estoy frente a mis propios prejuicios, o bien allí hay algo repugnante, quizá pornosgraphós.

La lexicocracia de los economistas, sobre todo en los últimos años de la Guerra Fría y su "victoria", me produce esa repugnancia, tanto en mis prejuicios como en mis criterios estéticos. Es inaceptable el pornosgraphó del que hacen gala (3).

No sólo la economía padece la lexicocracia. Otras ciencias y disciplinas también han caído en las trampas del colapso de la división del trabajo productora de fatiga: colapso lexicográfico/voracidad divulgativa. Una voracidad que engulle emitiendo, en este caso y desde hace 30 años, imagen en pantalla; imagen de eternidad del modelo, de la vida urbana apetecible por lo imparable (circulación totalista), de las técnicas aplicadas a la industria como salvación escatológica.

Una de las razones por las cuales deniegan, salvo en los momentos iniciales del crash de 2008, cuando se atrevieron a hablar de colapso, es justamente que la crisis sostiene la creencia en la eternidad del modelo económico y sus efectos en los modos de vida publicitados, como producto de consumo, como sistema político o como modo reproductivo de la cohabitación urbana. Ese reino ilusorio fue sostenido como imaginario de eternidad del modelo imantándole lexicografía unidireccional, en este caso la dirección obligatoria de aceptar este momento de callejón sin salida de los humanos como una crisis (4).

Cuando las instituciones encuentran en la lexicocracia el sostén de su funcionamiento y normalidad, difícilmente pueden ejercer una pausa que les permita romper ese círculo vicioso para poner las cosas en su sitio (lo económico) y comenzar desde allí a cuestionar la cosa misma y el sitio desde donde ésta se observa (5).

En nuestro tema: ¿qué es el trabajo, la moneda, la mercancía? ¿Qué es el agrós y la ciudad? ¿Por qué hay comercio? ¿Qué formas de intercambio pertenecen al orden de lo humano? De estas preguntas se desprenden las tecnologías fundamentales (desde el neolítico), las que no deben ser obturadas por las sofisticaciones de cualquier totalismo lexicocrático (6).

De hecho, el totalismo no se desarrolla por un afán taxonómico sino por la lucha unidireccional para acumular la sumatoria absoluta de los fragmentos de las superficies deterioradas a fortiori.

La pausa, detener la acción del mal, es imprescindible. En efecto, para que aparezca la pausa debe avisar un compromiso ético. La pausa es un acto, no un suceso pasivo. Aún más, al ser un acto no puede ser cualquiera sino un acto de separación.

Si no hay pausa, aparecen las diversas formaciones del pegoteo endogámico y la institución, cualquiera, se satura y colapsa. Aparece lo inseparable como talla a la endogamia para disfrutar de la inmensa felicidad promiscua, acrítica y, en este caso, también, lexicocrática. Una lexicocracia que es siempre fruto de la sofisticación sostenida por ideales institucionalizados.

El elogio lexicocrático indiscutible llamado «cultura de masas» se encargó, por ejemplo, de acabar con la concepción burguesa de intimidad y, sin embargo, no rescató su noción aristocrática, la del rechazo al absolutismo monárquico que pretendía extender sus controles, eso que lo sostenía (7). Los monarcas del despotismo ilustrado del siglo XVIII suponían que aumentando los controles aplacarían cualquier rebelión o revolución contra su poder. Podemos verificarlo en el fracaso de Turgot imponiendo la contención del déficit frente al aumento del lujo.

En vez de la pausa se ha optado por la prórroga

Entonces, en el lugar de la intimidad apareció el totalismo de la vida superpuesta por imágenes retocadas en pantalla como su versión masiva: la obscenidad, el estar por fuera de cualquier escena que registrara la presencia de los cuerpos y sus poros, atrapados en la dictadura de la imagen obturada en pantalla.

Lo obsceno como la virtualización de los cuerpos arrojados a una vida de diseño cooligan, happy, con el fin de quitar el cuerpo de la relación con otro cuerpo que comprometa la aparición de los poros (8). Los poros, los cuerpos, la presencia o ausencia del otro como verdad de lo concreto. Pausa. Superficie. Pantalla para el amor y la pausa sexual.

La pausa pone en peligro lo obsceno, lo desagrega como función central totalista y sus producciones de confusión en el lazo social. Territorio de la entrega de lo íntimo compartido, se convierte en la peor enemiga de la vida diseñada para la razón de éxito: servir a un amo amable y simpático.

En este sentido, la pausa tiene por cometido hacer cesar el mal, inclusive aquel que logra articularse como argumentación del bien (lo admitido en el resultado/total) a través del pornosgraphós.

Tarde o temprano, nunca en el momento apropiado, si no aparece la pausa, se ter-mina quemando todo, hasta el muerto que se lleva a un sitio lejano; como no funciona la pausa frente al muerto en Mientras yo agonizo, de William Faulkner , y todo acaba ardiendo. Insisto, me refiero a la pausa como autocrítica distinguida: "qué estoy haciendo con mi vida". No como "me tomo una aspirina y sigo".

En cambio, y en este periodo de la historia, aparece la prórroga. El intento por hacer una última jugada de ruego que demore. O sea, prolongar una vez que el tiempo adquirido ha sido superado y se decide suceder los problemas cruciales con el fin de que la circulación totalista continúe sin interrupción, sin territorio.

Se habla de "crisis" o "ralentización económica". Lo cual indica, en ambos casos, una añoranza de la velocidad de llegada a la que se estaba moviendo el capital. Deberíase trabajar, en cambio, en qué indica esta "ralentización crítica". Sin embargo, se la combate con más riesgo para imprimir una vez más la velocidad que necesita la avidez del total.

El colapso del capitalismo, de este modo, no sólo va a profundizarse en las vertientes a las que referimos, sino en el de los otros testigos teóricos y prácticos de la modernidad posdatada; inclusive aquellas formas discursivas que deseamos encuentren su sitio en el nuevo periodo, el cual aún no ha sido hallado ni solicitado, en esa prórroga irresponsable e institucionalmente aterrorizada, su nueva vertiente sintomática, negadora de la caída aún sin definir de aquellos anquilosados ideales modernos.

El automatismo acrítico que el capitalismo eligió como vía totalista, no sólo a par-tir de la segunda posguerra mundial sino, sobre todo, a partir de la crisis del canal de Suez de 1956, cuando el Reino Unido traslada todo el poder al aparato de Estado estadounidense, generó una pérdida difícilmente reparable para el recorrido económico y civilizatorio europeo.

Ese automatismo acrítico se leyó (y aún se lee), a partir de la caída del bloque soviético, como el triunfo imaginario de la concepción ad infinitum de un sistema que pronto tocará el cielo con las manos, tal como sueña. «Hemos derrotado a los malditos soviéticos, por lo tanto el mundo es nuestro para siempre. ¡A reventar de placer!»

La crítica es, justamente, la forma que una de las formas de la pausa, iluminadora, eligió para la modernidad. Desde los años cincuenta del siglo pasado se habla de la muerte o de la crisis de la crítica: literaria, pedagógica, científica, musical, lógica, económica... Esa crítica intentó, como último tramo de pervivencia moderna, des-abastecer el biografismo burgués por la lectura de la estructura de cada obra, de cada modelo o sistema.

¿Cómo se prolongará el capitalismo una vez fenecida la burguesía?

La destrucción de la burguesía prevista por Marx ya se ha dado a sí misma y hace tiempo los argumentos acríticos, encriptados, de su suicidio como clase dominante. Simplemente, ya no le era útil al total del capitalismo. La burguesía, mientras existió como poder, garantizaba aún cierta existencia de la territorialidad, aunque no fuera de otra forma que evidenciando la atribución de la intermediación que heredó del feudalismo.

La burguesía dominó no sólo las industrias y los bancos sino también las distintas vertientes del arte y el pensamiento. De ella salieron tanto grandes fortunas como transformadores e inventores de distintas disciplinas y revoluciones de las que podemos sentirnos tendentes al reconocimiento agradecido. Todas ellas con sus referencias críticas apropiadas y muchas veces convenientes.

Esa caída de la burguesía ha producido un efecto apático en el hecho crítico mismo, volcando hacia la vociferación de la expresión, los avances del oportunismo, la justi-ficación aleatoria del salvajismo competitivo, del todo vale espectacular (9). Al mismo tiempo, hemos «interiorizado» de un modo tan profundamente alienante la censura de la vociferación en pantalla, tan temida, que ya no es necesaria la hoguera del inquisidor. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿puede sobrevivir el capitalismo a la caída de la clase para la que fue creado, la burguesía?

Sin censura, en el sentido de mesura, no hay distribución posible. No hablamos sólo de redistribución. Tampoco funcionaría la distribución de la riqueza entre los ricos. Si esa censura, ese límite, no aparece o es obstruido, la riqueza colapsa. Surge la versión validada del canibalismo. Todo, vale.

Las clases, entre otras, cumplen la función de límite al canibalismo dentro de una misma clase, social en este caso. Uno de los núcleos del colapso en el cual estamos instalados fue la desconfianza de los ricos entre sí como consecuencia de no pertene-cer a clase alguna.

Hace algunos años, le planteé el problema de la caída de la burguesía a Joseph Stiglitz , quien me comentó que él no veía la ausencia de una clase burguesa dominante sino que ese lugar lo ocuparía una especie de burguesía "tecnológica".

Espero que no sea así y tengo la percepción de que ése es el proyecto, lo cual obligará a pensar algunas cuestiones políticas de un modo notablemente diferente. Una diferencia que piense los distintos niveles oclu-sivos que este sector social puede ocasionar en el lazo social. Es justamente la tecnocracia la que para mí todavía es un sector social, la que busca al capataz perfecto de los remeros esclavos, con el fin de que se sientan en libertad por poder insultar al remero que tienen delante con datos biográficamente difamados en pantalla (10). La muerte de las democracias generada por el golpe de Estado de los tecnócratas lexicográficos.

Ya hay signos claros, tanto en la moral cooligan como en el Nuevo Orden tecnocrático y científicamente (doxa) higiénico y prolijo, en la fabricación de guetos supuestamente identitarios, en la corroboración del paso acrítico de un estado al otro atravesados por el aval de la imagen (eidolos), de que ese sector social ha sido entronizado. Los cooligans, esos anuladores de la tragedia del sueño humano.

Su coronación patética no tiene otro fin que la construcción aleatoria de un nuevo modelo de sector social, amante de la autoproclamada "sociedad abierta", que prorrogue la existencia del capitalismo como único superviviente de la modernidad de la corrección permanente.

De ocurrir un intento de dicha sustitución de las democracias por tecnocracias (al principio seguramente encubiertas por las votocracias), se producirá un aumento constante, sin solución, de las contradicciones paradigmáticas. Cualquier praxis y práctica democráticas saldrá enrarecida si se decide dar el paso al abismo de los tec-nócratas en el poder.

De las democracias a las tecnocracias sólo hay un camino segu-ro, la implantación invariable del "discurso único" como obligado camino recorrible para resucitar la conjugación convulsiva entre sistema y modelo del capitalismo. Concretamente, la implantación del totalismo como sistema de gobierno.

De hecho, ¿no han trabajado a lo largo de dos siglos para que eso sucediera en los "Modern times"? La burguesía construyó su suicidio fabricando la locura de la competencia técnica/patente hasta que ésta ya no la necesitó y la dejó caer. Cuando cede, lo que cae se somete a lo peor. ¿No querían omnipotencia "tecnológica" para competir "apalancados"? ¡Ay!, ahí tienen su pagaré totalista.

El problema (sin duda energético, vital) lo tendrán los ciudadanos. El problema (sin duda institucional pero también en el nivel del mito) lo padecerán aquellos que sostuvieron las posibilidades de las democracias por encima de las técnicas aplicadas a la industria del consumo y sus «ingenierías» financieras.

Notas

(1) Sorprende cómo, en todo este tiempo, el nombre de Tobin, premio Nobel de Economía, ha sido borrado de los medios de comunicación masiva, de los políticos, de los comentaristas biempensantes. James Tobin fue tomado como emblema de algunos movimientos antiglobalización de los noventa del siglo pasado como ATTAC , movimiento con el cual Tobin ni tenía ni quería tener nada que ver; por lo tanto, su nombre ha sido borrado. No se puede, está prohibido hablar de tasas a los movimientos de capitales.

Además, la reaparición de Tobin pondría en entredicho el dogma de "nuevo Breton Woods", al que asistimos incrédulos. En realidad, fue Nixon, en 1971, el que enterró Breton Woods , al eliminar la convertibilidad al oro del patrón dólar, reventando los acuerdos de la segunda posguerra mundial.

Ese mismo año, Tobin sostuvo la necesidad de una tasa a los flujos de capital. Debemos ser comprensivos con los políticos. Si, además de que están triturados por el colapso pasado como crisis, deben aceptar como buenas las propuestas, no sólo de un economista como Tobin, sino de lo que ellos llaman desde hace 20 años "antisistema", su orgullo se vería más que herido. Los políticos pasarían a engrosar las filas de los traumados. Sin embargo, en los últimos tiempos, algunos mandatarios europeos retoman la idea que lanzó Tobin. Tarde, demasiado tarde.

(2)Varios diarios publicaron una información que tomo de El País del 16 de mayo de 2009: "La contaminación atmosférica causa en Europa 350.000 muertes prematuras al año". ¿Será verdad esa información que también publican periódicos de varios países? Si es así, ni Hitler hubiese soñado una solución final tan dulce y apetecible para todos.

(3) Recuerdo que, hace muchos años, tuve que leer detenida y reiteradamente las memorias del "presidente»"Schreber para un trabajo editorial. Este libro no hubiese pasado a la historia de la literatura si Freud no lo hubiera tomado para hacer un importante análisis sobre las psicosis. Tanto orden, moderación y verosimilitud escénica me producían esa repugnancia. Sin embargo, no me la produjo (ni produce) la lectura de Antonin Artaud o de Lautremont . Me asquean los dementes que intentan acumular en sí la normalidad diseñada. Leyendo y escuchando durante estos años, que en estas páginas despido, a los economistas, tengo una sensación semejante a la que me produjo la lectura de las excrementarias justificaciones de Schreber: esa normalidad del horror.

(4) Todos (los economistas) estamos acostumbrados a colocarnos algunas veces a un lado de la Luna y otras en el contrario, sin saber qué ruta o trayecto los une, relacionándolos, aparentemente, según nuestro modo de caminar y nuestras vidas soñadoras», aseguraba J. M. Keynes en la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero al referirse ¡a la formación de precios! y a las vicisitudes de la "inapelable" ley de la oferta y la demanda.

(5) En 1994, llamé a esa pausa pit-stop, esos segundos urgentes donde los autos de Fórmula 1 dejan aparte la velocidad para detenerse absolutamente. Hoy no basta con el pit-stop. En aquel momento creía que los capitalistas eran un poco más inteligentes.

Asimismo se habla de "formalmente las democracias funcionan", "formalmente este fallo judicial es incuestionable". Cuando lo formal secuestra las instituciones, esta-mos frente a la decadencia de su dinámica vital.

(6) Como ya no saben qué decir ni dónde engalanar el engaño, mientras producía esta investigación se pusieron internacionalmente de acuerdo para comentar que se veían "brotes verdes en la economía". Los primaverales economistas, cuando no logran engañar, traen bajo el brazo imágenes desteñidas y las desparraman como desparraman el dinero para "los más poderosos". Cuando "los brotes verdes" cayeron mustios, comenzaron a decir que decían "la verdad": "Os hundiremos a todos y debéis aceptarlo pasivamente porque decimos la verdad".

(7) Cuéntase que en el siglo XVIII francés una noble recibía a liberales, en todo sentido, en su casa. El rey, preocupado por si en esas reuniones había libertinos con ideas políticas en su contra, envió un par de emisarios a la aristócrata con el fin de averiguar qué tipo de conversaciones había allí y qué "tipo" de cosas se hacían.

La señora fue escueta en su respuesta: "En mi casa hago lo que quiero". Quizá podríamos tomar ese momento como la fundación mítica de la intimidad. Una intimidad que coincidía con los excesos del lujo, producidos por la adquisición de lujo apropiado de mujeres y amantes o queridas.

La burguesía trastornó, en el siglo XIX, la intimidad aristocrática, como resistencia al poder absoluto del monarca, en «secreto de familia», oscureciendo y volviendo represión ese mismo término: nadie fuera de la familia debía saber lo que allí pasaba; ni en términos sexuales, ni económicos ni de delitos.

Sin embargo, la intimidad, en sí misma, fue en realidad un triunfo de las mujeres sobre el orden de vigilancia y control público. Como lo hice en un libro anterior, recomiendo fervientemente la lectura de Lujo y capitalismo, de Werner Sombart . En él, el autor sostenía que la relación del paso del lujo público, los fastos, al privado, adquisitivo, del siglo XVII y XVIII fue el nudo central del paso al capitalismo en la economía. Del tema del lujo me ocuparé en otro trabajo.

(8) Este es el proyecto, que por supuesto adquiere resistencias difuminadas en el panorama de las vidas de los humanos.

(9) Los noticieros anuncian en todo momento, y con alegría que se pretende contagiante, el aumento permanente del negocio de los videojuegos. Inclusive llegan a decir que éstos no sufrirán la "crisis". Tal como estudian suficientes psicólogos, pedagogos, sociólogos, ese aumento es proporcional a la cantidad de horas que pasan los niños solos en sus casas, mientras sus padres disfrutan o padecen el producir optimismo para el total.

¿Piensan los economistas, una vez más, que esta fricción no terminará colapsando el modelo? Estamos en medio de una guerra sorda, entre lo humano y la economía que rechaza cuestionarse en lo económico.

De hecho, y a través de la publicidad, se desprecia, de forma cooligan, la vejez. Los ancianos no tienen nada que enseñar ni que aportar. Son lo viejo, lo molesto, lo anticuado. No es más que un signo del asalto al poder de los tecnócratas y sus gadgets, intentando dejar "viejo" todo lo que no pertenezca a su órbita de poder cooligan en pantalla aporal; como ya señalé, exhibicionista.

(10) Mientras la burguesía y la clase trabajadora tuvieron, hasta el final, muchos problemas para constituirse como Internacional, muchas veces paralelos, tanto en acumulación, modas, luchas, estética, cultura, este sector social ha conseguido constituirse como internacional sin asumir otra responsabilidad que la de satisfacer el total en pantalla.

La burguesía y la clase trabajadora, viejos y queridos amigos, se ven hoy como "lo viejo" (como pusieron en marcha los Estados Unidos con Europa durante los años cincuenta del siglo xx).

Este nuevo sector social al que se le están transfiriendo todos los poderes aglutina, pegotea, cada vez a más gente que no se responsabilizaba de pertenecer a ninguna de esas dos clases. Ese traspaso indiscriminado acabará con las democracias, instaurando tecnocracias. Sería importante que, a quienes nos interesa vivir en democracia, estuviésemos atentos a este traspaso total de poderes a la internacional tecnocrática.

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Shé
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Es tan desesperante como huir del huracán dentro de un vagón con ruedas cuadradas, manejado por unos imbéciles que dicen que no existen los huracanes y a los que cambiar las ruedas les supondría dejar de dirigir el vagón.

Pero aún y todo, algo avanzamos. :think:
EE UU podrá limitar por ley la emisión de gases contaminantes de la industria
  • Un tribunal falla en contra de los Estados que alegaron que no estaba científicamente demostrado que las emisiones contribuyeran al calentamiento global
EVA SÁIZ Washington 28 JUN 2012
Imagen
Chimeneas de una planta industrial en EE UU. / AP
Un tribunal federal de Washington dictaminó este martes que la Agencia de Medio ambiente de Estados Unidos (EPA en sus siglas en inglés) puede imponer por ley a la industria recortes en sus emisiones de gases de efecto invernadero que pongan en peligro la salud y aumenten la contaminación atmosférica. Los tres jueces desestimaron por unanimidad las alegaciones de los 14 Estados y varias compañías que se opusieron a esta posibilidad argumentando que la EPA no había demostrado científicamente que las emisiones contribuyeran al calentamiento global.

Esta es la decisión judicial en materia medioambiental más importante en EE UU desde que, en 2007, el Tribunal Supremo obligara al Ejecutivo a controlar la emisión de gases de efecto invernadero
En su resolución, los magistrados establecen que la EPA “puede hacer uso” de la Ley de Aire Limpio -que autoriza al Gobierno federal a limitar las emisiones tóxicas- para imponer restricciones en la irradiación de gases contaminantes a la industria y a los automóviles. Los analistas coinciden en que esta es la decisión judicial en materia medioambiental más importante en EE UU desde que, en 2007, el Tribunal Supremo obligara al Ejecutivo a controlar la emisión de gases de efecto invernadero.

En 2009, la EPA prohibió a las centrales eléctricas, a los complejos industriales y a las empresas automovilísticas sobrepasar un determinado nivel en sus emisiones de gases de efecto invernadero por suponer un riesgo para la salud y acelerar el calentamiento global. Catorce Estados, entre ellos Virginia y Tejas, además de varias empresas, decidieron denunciar esta imposición ante los tribunales. La resolución llega tres años después, en plena campaña por la presidencia de EE UU, en la que el Partido Demócrata y el Republicano han evidenciado el abismo que separa sus respectivas políticas medioambientales. En 2009, la Cámara de Representantes autorizó que se regulara por ley las emisiones de dióxido de carbono, pero la iniciativa se quedó atascada en el Senado. Desde que en 2010 los republicanos recuperaran la mayoría en la cámara Baja del Congreso, todas las iniciativas medioambientales propuestas por la Administración Obama han sido abortadas.


La industria estadounidense se encuentra dividida sobre la regulación de los gases contaminantes
La industria estadounidense también se encuentra dividida sobre la regulación de los gases contaminantes. Las compañías petrolíferas, de gas y de carbón y la mayoría de las eléctricas se oponen a la imposición de límites, mientras que las automovilísticas han hecho grandes esfuerzos económicos para adaptarse a las nuevas normas sobre emisiones de dióxido de carbono.

Las asociaciones ecologistas han recibido con satisfacción la resolución judicial que, consideran, supone un respaldo a las políticas a favor de mitigar los efectos del cambio climático y un varapalo para el Partido Republicano, que se ha opuesto a ellas en los últimos años. “El tribunal ha confirmado que las decisiones de la EPA para luchar contra la polución estaban sustentadas en la ley y en la ciencia”, indicó en un comunicado Fred Krupp, presidente del Fondo de Defensa del Medio ambiente. Las empresas concernidas por la sentencia, sin embargo, ya han anunciado que están considerando nuevas acciones legales, alegando que el fallo perjudica la creación de puestos de trabajo.
El Pais, 28 de junio 2012
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pablov63
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Saludos desde Perú,

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JohnyFK
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Con respecto a todo esto del hundimiento del capitalismo y esas cosas...

Hay una cosa que no me cuadra. El captialismo puro se basa en el libre mercado, en la carencia de control con sus buenas o malas consecuencias. Y resulta que a la hora de la verdad, cuando los que manejan el cotarro financiero la cagan a lo grande, no se aplica la ley del libre mercado, sino que se aboga por el intervencionalismo del estado a lo grande, con una cantidad astronómica de dinero público...

¿Lo de que el estado influya en los mercados no era cosa de la izquierda? ¿El libre mercado no implicaría que los bancos se hundieran si tenían que hundirse por su mala gestión?

¿No os parece un sinsentido que esté siendo la derecha la que interviene los mercados?
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Shé
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Más que un sinsentido, que también, estamos asistiendo a un golpe de estado global que, más o menos conscientemente, están dando personas y grupos de personas con nombres y apellidos poco conocidos, con la ayuda de políticos bien conocidos que pasarán a la historia en un halo de vergüenza sin precedentes.

Esto es lo que, durante las tres o cuatro últimas décadas, se ha ido gestando con la actuación de quienes "nos defendieron del comunismo" con la aquiescencia y gratitud de la mayor parte de la población del "mundo occidental".

Según me está empezando a parecer, la humanidad solo sobrevivirá a esto si lo evita. Y puede que ni por esas.
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jasimotosan
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Yo tengo muchas dudas sobre que la humanidad y su sociedad tipo occidental, tal como la conocemos, pueda sobrevivir mucho más.

No soy demasiado inteligente ni sabio y se me escapan muchas cosas, pero honradamente no veo escapatoria fácil para la humanidad.

No quiero decir que piense que va a desaparecer, ni mucho menos, pero el cambio inevitable, ineludible que se acerca va a ser catastrófico. Vamos a pelear no ya por el petróleo, sino por la comida, el agua o el aire.

El cáncer de la superpoblación, sin freno y sin voluntad de frenarla, nos devora el futuro por momentos.

Yo no creo que sea tanto un problema de sistema económico: comunismo, capitalismo, socialdemocracia... No creo que se haya inventado, ni que pueda existir, un sistema que nos permita seguir viviendo como hasta ahora en occidente. Y si no tenemos el estado de bienestar, eso no es vivir, es sobrevivir.

El capitalismo estoy de acuerdo con los que decís que ya ha muerto pero no se ha dado cuenta, pero no hay alternativa válida, que yo sepa, para él.

Incluso pienso que a medio plazo la democracia también será inviable porque para tomar las medidas tan dolorosas y radicales que van a ser necesarias, ningún gobierno podrá depender de la opinión de los gobernados y la alternativa a la democracia, mejor no pensarlo.

Lo de la democracia ya lo estamos viendo. En verdad no creo que pueda llamarse democracia a lo que tenemos por ejemplo en España, porque que a Rajoy lo ha votado la mayoría, es cierto, pero lo han/hemos votado en función de una serie de promesas que hizo... de las cuales no ha cumplido ninguna.

Si engañas a alguien violentas su voluntad pues no le permites elegir. Si en política se aplicara las mismas leyes que a los contratos de compra/venta, los políticos estarían todos en la cárcel por estafa.

Si la mayoría vota voluntariamente a X porque promete A, B y C, perfecto, eso es democracia, pero si en lugar de cumplir mínimamente lo prometido hace todo lo contrario, para eso no se le votó, esa no era la voluntad popular, está ocupando el poder ilegítimamente, creo yo.

Si Rajoy hubiera dicho que iba a hacer lo que está haciendo ¿hubiera ganado las elecciones? :z4:
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Shé
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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La democracia es algo más que votar a quien gobierna. Por ejemplo, reconocer que cosas sencillas que "están sobre el papel" son reales, como el artículo 1.2. de la constitución: La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

En cuanto a las medidas impopulares que se tengan que tomar, están muy lejos de las que se van a tomar.

Lo que se va a hacer es más de lo que se ha hecho: seguir hundiendo el país, y de paso el resto de Europa. Tremendamente impopular para los ciudadanos.

A quién satisface esto? A los cabrones que traerán su dinero del escondite para invertir nuevamente en negocios especulativos cuando se sientan de nuevo seguros y las condiciones les sean aún más favorables que cuando inflaron la burbuja.

En cambio, lo que habría que hacer es algo también muy impopular, pero para las grandes corporaciones financieras y las que cuelgan de éstas: tomar el poder que ya está "sobre el papel" y empezar a hacer cumplir la ley a todos, evitando fugas de capital, evasión de impuestos, fraude fiscal, sobornos, presiones interesadas sobre las leyes, y un largo etc. para el que aún no parece que tengamos madurez democrática suficiente, ni aquí ni en la gran mayoría de los países del mundo occidental. Pero al menos EEUU y Alemania están dando tímidos pasos en este sentido exigiendo información a bancos suizos sobre algunos de sus clientes. Aquí estamos aún muy lejos, con la flamate Amnistía Fiscal que perdona delitos a unos cuantos delincuentes de alta cuna a cambio de la esperanza de recoger alguna migaja a cambio. En nuestro nombre. :anfry2:

Claro que, a la fuerza ahorcan, y lo mismo maduramos de golpe antes de que sea demasiado tarde.
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Kiroen
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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JohnyFK escribió:Con respecto a todo esto del hundimiento del capitalismo y esas cosas...

Hay una cosa que no me cuadra. El captialismo puro se basa en el libre mercado, en la carencia de control con sus buenas o malas consecuencias. Y resulta que a la hora de la verdad, cuando los que manejan el cotarro financiero la cagan a lo grande, no se aplica la ley del libre mercado, sino que se aboga por el intervencionalismo del estado a lo grande, con una cantidad astronómica de dinero público...

¿Lo de que el estado influya en los mercados no era cosa de la izquierda? ¿El libre mercado no implicaría que los bancos se hundieran si tenían que hundirse por su mala gestión?

¿No os parece un sinsentido que esté siendo la derecha la que interviene los mercados?
Bueno, están sacando el dinero de las arcas públicas para dárselo a las empresas. Eso parece una forma de deshacer el intervencionismo.

Bromas aparte, evidentemente las "ideologías" evolucionan, ya sea por la aparición de nuevos pensadores, por los cambios del contexto o porque se demuestre insostenible. Y de todas formas, el intervencionismo de últimamente de izquierda tiene más bien poco,¿convertir al estado en un fondo de seguro para las empresas... Pagado por todo el mundo? Si casi parecen tributos al señor del feudo.

No me gusta ser pesimista, pero me cuesta estar más en desacuerdo con el título del tema. Se están perdiendo los servicios públicos, en muchos países la universidad está en camino de convertirse en una opción solo al alcance de los más privilegiados (económicamente) y hay gente que se muere de hambre en Grecia. Pero, como el estado ahora puede salvar a las empresas, éstas ahora pueden volverse locas y la corrupción está a la orden del día. "¿Que tu banco quiebra? No te preocupes, tengo un puesto para ti en una empresa pública. Ah, he oído que te hiciste accionista de una empresa suiza a la que le prestasteis bastante un par de días antes de quebrar,¿no? A ver si le va bien." [/dramatización] Pero, como las jornadas semanales de 40 horas son lo más normal del mundo, al mundo -de la gente de bien- le va de maravilla con pocos ingenieros que trabajan como negros. Y de tener más ingenieros que trabajen menos ya ni hablemos, que la formación está muy cara.

El capitalismo, en mi opinión, desgraciadamente está en su mejor momento -para los que lo manejan evidentemente-: tienen la mano de obra cada vez más barata, tienen el poder político gracias a una democracia no lo bastante democrática y para empeorar las cosas la mayoría de la población aún no está resueltamente a favor de cambiar de sistema. Y aún de entre muchos de los que están en contra,¿qué pueden hacer? Sin estudios, con deudas, y con una familia que alimentar incluso trabajar de policía -sabiendo que la decisión de cargar contra los manifestantes es decisión de los mismos contra los que éstos se manifiestan- o aceptar un trabajo sin contrato y por debajo del salario mínimo son opciones aceptables. Y de hecho, ésta última bastante extendida si se lee en las noticias que hay medio millón de familias sin ingresos pero no medio millón de desahucios*.

(*Por supuesto, son hogares sin ingresos, y puedes tener un hermano con trabajo que te ayude a pagar la hipoteca, pero teniendo conocimiento de bastante gente a mi alrededor que acepta trabajos sin contrato no me parece demasiado descabellado que la única diferencia entre los millones de alemanes y españoles que cobran salarios ínfimos, es que estos últimos lo hagan ilegalmente.)

Para ser sincero pienso bastante a menudo en cómo podría cambiarse de dirección, como imagino que hará bastante gente que en vez de limitarse a autocompadecerse pensando en lo dura que es la vida no tenga reparos aceptar abandonar el capitalismo y buscar otro sistema económico, aún sabiendo que eso pueda hacer que pierda desde la comida rápida hasta la calefacción durante mucho, mucho tiempo, pero son cosas muy distintas pensarlo y llevarlo a cabo, y a pesar de que llevo desde que empezó la crisis leyendo textos aislados en los periódicos que anuncian a los cuatro vientos que el capitalismo está muerto, no he visto, leído ni escuchado nada que realmente desafíe al sistema y haya conseguido nada que realmente mejore la vida de las personas.

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Shé
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Propuestas sí que hay, tanto por parte de los políticos como por parte de numerosos economistas y ciudadanos. Por ejemplo, en Grecia: http://iatea.org/foro/viewtopic.php?f=4&t=9038#p98937" onclick="window.open(this.href);return false;. Aquí, e imagino que en todas partes, hay miles de propuestas nacidas de movimientos ciudadanos como el 15 M. Y de políticos: http://iatea.org/foro/viewtopic.php?f=4 ... 574#p99574" onclick="window.open(this.href);return false;
http://iatea.org/foro/viewtopic.php?f=4&t=9150&p=100094" onclick="window.open(this.href);return false;

Por no hablar de lo que sí se ha hecho en Islandia, y la resistencia que han ofrecido los países nórdicos, con un estado de bienestar consolidado y que ya no están en crisis. Acaso los actores del capitalismo salvaje han proscrito estos países de sus negocios? No, simplemente se adaptan y pagan sus impuestos. Lo que demuestra que se les puede hacer entrar en cintura.

El problema es que, si no mejoramos el nivel democrático ni conseguimos políticos inteligentes y audaces en los que depositar nuestra confianza, es imposible llevar ninguna propuesta adelante en el resto de países. Empezando porque no somos capaces ni de hacer cumplir la Ley, algo que, en mi opinión, sería suficiente para superar esta lamentable recesión y empezar a pensar en cambiar otras cosas urgentes, como nuestra forma de vida destructiva por algo más razonable y sostenible.

Estamos ante una élite de depredadores poco numerosos, no demasiado inteligentes y tremendamente audaces cuyas principales armas están en un ejército de altos ejecutivos excesivamente bien pagados que únicamente velan por sus propios intereses -cambian de amo como de camisa, incluso alternando entre la política y la empresa privada- y en la ignorancia generalizada, falta de formación política y desencanto -que a menudo se confunde con escepticismo- de la población a la que explota.

Ellos saben invadir el ámbito público con sus empleados, que utilizan instituciones pagadas por todos nosotros -no solamente los gobiernos- cobran de nuestros impuestos y se dedican a tomar decisiones que nos perjudican en beneficio de grandes corporaciones financieras y sus hijuelos. Y por si fuera poco que ellos nos infiltran a sus ejecutivos, nosotros vamos y elegimos en España a un Gobierno S.A. que prácticamente no es más que eso: http://iatea.org/foro/viewtopic.php?f=4 ... A9s#p95128" onclick="window.open(this.href);return false;
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JohnyFK
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Ahí es donde quería llegar. El capitalismo puro en sí sería mucho mejor que todo esto que están haciendo.

Lo que están haciendo es una estrategia a lo gangster. Quieren pobres más pobres, dominación a base de la necesidad de las masas, tener el control sobre los recursos de todos, y en lugar de grilletes lo que tenemos son créditos e hipotecas que pagar para no poder quejarnos. Parece una nueva forma de señorío feudal, pero ahora no son castillos y reinos, son edificios acristalados y empresas, y en lugar de nobles, tenemos avezados ilusionistas, tanto de la política como de las finanzas. Pero las intrigas palaciegas, la estratificación social por clases, la presión del fuerte sobre el débil, siguen estando igual que entonces.

Al menos antes sabías que lo que te estaba controlando era el filo de una espada, ahora son meros fantasmas, conceptos sociales que hemos aceptado de forma generalizada, y sobre todo, conformismo.

¿Por qué siempre tendemos al mismo modelo social, con fuertes y débiles, con dominadores y dominados? ¿Por qué el egoísmo siempre vence sobre el altruismo? ¿Tan grabada a fuego tenemos la ley de la selva en nuestra naturaleza?
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Shé
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Bueno, como decía Mafalda al observar los avances en el armamento bélico: "Es chocante ver lo mucho que ha avanzado la tecnología y lo poco que han cambiado las intenciones".

De todas formas, yo no idealizaría demasiado el poder de esos cabrones que están tomando el control económico. No creo que haya una estrategia concertada para conseguir lo que están consiguiendo. Ni creo que, más allá de sus propios intereses y de su corporativismo, hayan diseñado ese nuevo orden mundial del que se habla. Serían idiotas: el mundo al que nos están llevando es malo para todos, incluso para ellos.

Y no olvidemos que, por cada cretino egoísta y explotador, hay millones de ciudadanos imbéciles que les dejamos actuar, incluso muchos creyendo que es lo mejor para todos dejar las riendas en sus manos.

Qué pasaría si en España saliéramos todos a la calle todas las tardes en una cacerolada masiva exigiendo al gobierno su dimisión y que no se pagase la deuda que vence en octubre?

O si en toda Europa todos hiciéramos lo mismo, exigiendo el fin de la corrupción política y la extinción de los paraísos fiscales? Y si en EEUU Yes, we can! :mrgreen:, Japón, Australia, Canadá y toda centro y suramérica se hiciera lo mismo?

Eso es lo verdaderamente complicado: concienciar y actuar. Pero sería suficiente, en mi opinión, para empezar a darle la vuelta a la tortilla sin quemarnos.
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jasimotosan
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

Mensaje sin leer por jasimotosan »

¿Qué pasaría si en España saliéramos todos a la calle todas las tardes en una cacerolada masiva exigiendo al gobierno su dimisión y que no se pagase la deuda que vence en octubre? Pues que sacarían a los "grises" de azul y nos darían hasta en el cielo de la boca. Y si no fuera bastante, un tanque en cada esquina que para eso los tienen.

La Bastilla quedó demasiado lejos en el tiempo, desgraciadamente.
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Shé
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

Mensaje sin leer por Shé »

jasimotosan escribió:Y si no fuera bastante, un tanque en cada esquina que para eso los tienen.
No hay bastantes tanques para detener a varios millones de manifestantes coincidiendo en la calle al mismo tiempo.

La cuestión es si tenemos auténtica voluntad y si somos capaces de coordinarnos, olvidando el resto de diferencias. Estoy harta de ver manifestaciones el mismo día, en la misma ciudad y hasta a la misma hora, cuyos protagonistas no quieren mezclarse por falta de "afinidad entre ellos". Y así, los corruptos se descojonan de nosotros.
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Quest of knowledge
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Re: ¿Crisis terminal del capitalismo?

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Shé escribió:Cierto que hasta ahora no se ha conseguido nada por las buenas. Pero no veo de qué forma se puede conseguir ahora por las malas. Ya no tenemos al enemigo en frente, todo está diseminado, repartido, cuando no escondido. Y contra eso la resistencia y la lucha pacífica parece lo único eficaz.
En realidad, la estrategia actual del capitalismo tiene matices de la estrategia imperialista de la antigua Castilla. No colonizaban, sino que conquistaban y controlaban con un mínimo de gente al poder de cada colonia. Eso les daba ventajas y desventajas.

Levantarse contra los pocos representantes españoles que había en cada colonia no representaba libertad inmediata, sino un seguro violento ataque de Castilla donde no quedaría "títere con cabeza". Por otro lado, un ataque concertado donde todos los pueblos sometidos suplantaban a los representantes españoles al mismo tiempo si fue eficaz. Así fue como España perdió Sudamérica en relativamente poco tiempo.

El hecho que las colonias fueran conquistadas y no colonizadas es lo que ha permitido que los mejicanos, filipinos, bolivianos, peruanos, etc. continuaran teniendo sus razas autóctonas al contrario que en Brasil y Norteamérica donde la colonización ha arrasado a casi todas las razas autóctonas.

El 1% que forma la elite de la sudo monarquía económica dependen de los medios de comunicación, de los políticos que compran, de la ignorancia de la gente que los apoya, y de las fuerzas del orden para mantener el yugo. No se les puede atacar en batalla decisiva porque como dices están esparcidos por el mundo. Por otro lado, el mundo ha evolucionado mucho en conocimientos, y tecnología desde los tiempos de Simón Bolívar y las cosas se pueden hacer con mayor rapidez y sin violencia.

La estructura de la UE pienso que es ideal para vencer al 1%. Un empuje informativo/propagandístico y político bien concertado y solidaridad absoluta entre los trabajadores, los medios de comunicación, las fuerzas del orden, el ejército, y los dueños de pequeñas y medianas empresas acabarían con el despotismo y control de los que se creen dueños de Europa en meses y sin una gota de sangre ni una lagrima derramada.

La clave es la solidaridad entre los grupos dentro del 99% y el conocimiento claro que las dificultades económicas actuales no han sido creadas por los componentes de los grupos que forman el 99%.

Aunque es más que probable que la violencia venga del otro lado y se líe después de todo.

Para mí hay una cosa clara: violenta o no, la lucha está servida.

Yo diría que estamos en un punto crítico. Y que tal vez haya aún alguna oportunidad. Porque también parece que no tenemos mucho tiempo.
Todo con inteligencia, con calma, y sobre todo sin violencia.

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