Bajan, descienden, trastabillan,
se funden unos con otros
en borrosas figuras.
Caballos con carrozas,
reinas huesudas se mezclan
con ramas putrefactas.
La caravana se disuelve lentamente
bajo la tenue llovizna.
El frío congelante
corta las pieles marchitas.
Resuena quedamente
una lúgubre marcha,
haciendo mas oscuras
las negruras imperantes.
Los espectros no caminan, se arrastran,
se consumen sobre un suelo podrido,
son solo recuerdos de lo que fueran,
sombras solo eso.
La tierra los devora, los traga, los engulle,
ya no queda nada vertical,
el frío les gana la batalla,
la hora suprema, el sueño negro llegó.
La parca es solo eso,
la amenaza constante,
Jamás los militantes de la vida
la vieron frente a frente,
Solo la imaginaron... no supieron de ella, no vieron sus secuelas.
Solo con pavor la presintieron...
La banda ya no toca, las viejas no saludan,
solo subsisten las hojalatas muertas
de los mudos instrumentos musicales,
cubiertos por corruptas hojas y suaves musgos.
Los ropajes ya no tienen, los colores, los brillos, los fulgores,
solo algunos botones se empecinan, en reflejar los rayos mortecinos,
del esquivo sol, sobre las negras nubes.
Silencio cruel,
solo se oye,
el silbar del viento entre las secas ramas,
nada queda ya de la que fuera,
la triste caravana.
BARILONET